Campo base: Trillo o Viana de Mondéjar
"Del Tajo al arroyo de la Soledad" es el capítulo del Viaje a La Alcarria en el que Cela narra su trayecto desde Trillo a Viana de Mondéjar, bordeando las Tetas y admirándolas desde lo más bajo de sus faldas. Dos poblaciones que podrán servir al viajero como campos base desde los que atacar la cumbre.
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Elegir uno u otro es decisión del viajero, quien deberá valorar el esfuerzo que quiere realizar, el tiempo que quiere emplear y, lógicamente, el pueblo que prefiere visitar. Para ayudar al lector en la toma de esta decisión ahora se ofrecerán algunos datos que pueden decantar la balanza bien en favor de Trillo o, por el contrario, en beneficio de Viana de Mondéjar.
Si eliges partir desde Trillo debes saber que tu trayecto hasta la cima será considerablemente mayor (5,3 Km, frente a los 2,3 Km que separan Viana de las Tetas). Pero, en cualquier caso, el grado de dificultad será bajo. Tan sólo un tramo, previo a la llegada hasta el collado situado entre ambas Tetas, requiere un esfuerzo algo mayor, debido al aumento de la pendiente. Pero el esfuerzo extra merece la pena.
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En Trillo el viajero se encontrará con el Tajo, que pasa por el pueblo con un caudal considerable, aunque variable según la época del año. Lo atraviesa un majestuoso puente que el viajero deberá cruzar para dirigirse hacia las Tetas. Podrá hacerlo andando, si prefiere comenzar la ruta desde el centro del pueblo, o en coche, para ahorrarse la cuesta inicial, la cual conduce desde el río hasta un circuito de motocross. El paseo por las calles de Trillo es obligado. Cabe destacar la cascada del río Cifuentes, que pasa por el pueblo justo antes de unirse a un grandioso pero calmado Tajo. Se recomienda al viajero reponer energías en la terraza que hay junto a la cascada, muy cerca del puente. El ambiente es inigualable.
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Paseando por el pueblo el viajero podrá seguir el curso del río para disfrutar de su sonido o alejarse del mismo a través de las pintorescas calles en busca de la iglesia, su plaza y, especialmente, sus privilegiados miradores. Sus magníficas vistas son un tesoro del que pueden presumir los trillanos desde que, allá por la Edad de Hierro, se asentaran en esta zona de La Alcarria bañada por el río Tajo.
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Y si además el viajero hace coincidir su visita con alguna de sus fiestas más importantes el placer será doble. Especialmente conocidas son la Semana Santa de Trillo, donde no se puede dejar pasar ni la torrija ni el zurracapote (bebida típica de la zona similar a la sangría), Los Mayos (30 de abril), las Fiestas Chicas (penúltimo fin de semana de junio) o las Fiestas Patronales (del 7 al 12 de septiembre).
Si, por el contrario, el viajero decide tomar Viana de Mondéjar como campo base, la ruta será bastante más corta (5 Km escasos sumando la ida y la vuelta). En este caso el camino, además de ser de menor longitud, es incluso más sencillo que el de Trillo. Basta con seguir las indicaciones que conducen hasta la cima desde el arroyo de la Solana, donde el agua brilla por su ausencia, como el propio Cela describió en su libro ("un riachuelo casi sin agua que viene arrastrando su miseria"). No tiene pérdida.
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Aún siendo un pueblo bastante más pequeño que Trillo y de aspecto abandonado, se recomienda al viajero recorrer las calles de Viana, pues se sorprenderá al encontrar algún que otro rincón con mucho encanto. Destacan los restos del Castillo, de los que se conserva una entrada de la antigua muralla, la cual protegía una fortaleza que los Reyes Católicos ordenaron demoler. También es digna de ver la Iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Zarza, datada del S. XII/XIII y reformada en el S. XVII. Entre sus "tesoros" se encuentra su bella portada del románico tardío.
El viajero no debe marcharse sin antes ascender hasta la parte más alta del pueblo, donde se encuentra su muralla natural de roca. Las vista del valle del río Solana son excepcionales con las majestuosas Tetas de Viana al fondo.
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Por último, pero no por ello menos importante, se recomienda tomar el camino que dirige desde Viana a Trillo, no necesariamente para ir hasta Trillo, que se encuentra a 7 Km, pero sí para contemplar un par de puntos de interés situados a unos cientos de metros del pueblo. Encontrar el camino no es complicado ya que está señalizado como tramo del Viaje a la Alcarria y como ruta del Camino de Santiago (La Ruta de la Lana). No muy lejos divisará un colmenar tradicional como el que se observa en la imagen. Creado a partir de un tronco ahuecado ("vaso"), habitualmente de chopo o de pino, donde el apicultor (o "mielero") crea el emplazamiento ideal para que las abejas construyan sus paneles de cera, de los que se extraerá la famosa miel, en este caso miel de La Alcarria. Este tipo de colmenares se usa desde la época romana y actualmente está prácticamente en desuso, pero en algunos lugares como éste aún perdura. También en este tramo del camino el viajero podrá contemplar un conjunto de antiguas casas situadas sobre las rocas y, si sigue caminando, acabará encontrando los restos de muros centenarios, testigos del paso del tiempo, construidos por antepasado alcarreños.
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